Porque vale la pena disfrutar del arte como herramienta de transformación social, El Tiranosaurio Digital le trae este viaje por los artísticos pasillos de La Cárcel Modelo de Bogotá, donde docenas de presos-artistas se reúnen cada martes y jueves para dejar volar su imaginación y reinventar su mundo dentro de estas cuatro paredes que los retienen.
Más allá del hacinamiento que existe en nuestros centros carcelarios nacionales.
Los presos de la Cárcel Modelo de Bogotá han encontrado dentro de estas cuatro paredes una manera de manifestarse: la creación artística.
Cada martes y jueves algunos presos de los principales patios de este centro ubicado en Bogotá, se reúnen para dejar volar su imaginación.
Con clases dictadas por talleristas de la Escuela de Guías de la Red Galería Santa Fe en conjunto con el Instituto Distrital de las Artes, Idartes, entre las que se incluyen Pintura, Escultura, Manualidades y fotografía.
Los reos descubren un nuevo mundo y de paso nuevas oportunidades y experiencias para su vida.
Y en algunos casos, desarrollar herramientas para poder conseguir algo de dinero dentro del predio haciéndoles trabajos a sus compañeros.
Como el caso del señor Rosas*, quien cobra por adornar con sus trazos algunas piezas que le solicitan
O como Carlos*, que a través de estos talleres aprendió a tejer y le hizo esta mochila a su hija.
Cientos de historias se cuentan en estos pasillos en los que no todos son colombianos, y en los que podemos de un momento a otro apreciar murales de gran talla de sensibilidad cómo ‘Un alto en el camino’ del señor Rosas.
‘Los rostros’, un trabajo colectivo desde varias y diferentes miradas acompañada de la Virgen del patio a la que le tienen gran devoción.
Y hasta replicas a nuestra gran industria nacional, como este boceto de Juan Valdez Café que seguramente se convertirá en el entretejido de una mochila que paseará por los patios.
Pero además pensamientos como este recuento de ‘Cadáver exquisito’ trabajado en un taller
Del cual la libertad juega uno de los pensamientos más importantes en la cabeza de quien escribe…
